Conoce esta enfermedad y aprende cómo prevenirla y tratarla.
El herpes zóster (HZ), también conocido como culebrilla, es causado por el virus de la varicela zóster (VVZ), el mismo virus que durante la niñez produce la varicela. Después de haber presentado esta enfermedad, el virus permanece latente o dormido en el cuerpo, y puede reactivarse por distintas situaciones en el transcurso de la vida y causar esta infección.2 Sin embargo, no todas las personas que han tenido varicela desarrollarán herpes zóster en un futuro.2
Es la reactivación de una infección viral que causa una erupción dolorosa en la piel y que puede aparecer en cualquier parte del cuerpo. Por lo general, aparece una sola franja de ampollas que envuelve el lado izquierdo o derecho del torso, pero también se puede desarrollar en otras partes, como la cara, los ojos y el cuello, en otras ocasiones, de manera extendida.3
El herpes zóster es el resultado de la reactivación del virus de la varicela zóster (VVZ), que permanece latente en las células del sistema nervioso del cuerpo, específicamente en los ganglios de la raíz dorsal, después de haber causado varicela.2
Con el tiempo, el virus de la varicela zóster (VVZ) puede reactivarse y provocar herpes zóster, una enfermedad que comienza con dolor y progresa a la aparición de ampollas en la piel. Esta reactivación puede desencadenarse por factores como el envejecimiento, el estrés, otras infecciones o el uso de medicamentos que debilitan el sistema inmunitario. A diferencia de la varicela, la erupción del herpes zóster se presenta solo en las áreas de la piel alcanzadas por el nervio afectado, donde el virus se reactivó.3,4
Esta enfermedad puede afectar a cualquier persona que haya tenido varicela o haya estado en contactocon el virus, pero ciertos factores aumentan el riesgo, como:2
Condiciones médicas: situaciones que afectan el sistema inmunitario. Por ejemplo, la infecciónpor el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), la diabetes, el cáncer, especialmente leucemia y linfoma o pacientes que han tenido un trasplante de órganos y toman medicamentos que afectan su sistema inmunológico. Alrededor del 30% de las personas hospitalizadas con herpes zóster tienen el sistema inmunitario comprometido o suprimido2,5
La edad:por lo general, este virus se reactiva en personas mayores de 50 años. Alrededor del 99% de los adultos de 50 años o más tienen el virus que causa el herpes zóster latente o dormido en su interior. Estas personas pueden experimentar una reducción significativa en la capacidad natural de su cuerpo para combatir el virus, lo que permite que el herpes zóster se reactive. Se estima que 1 de cada 3 personas desarrollará herpes zóster en algún momento de su vida.1,2,6
Más mujeres que hombres desarrollarán herpes zóster.2
El herpes zóster es menos común en las personas negras que en las blancas.2
Las personas que han recibido la vacuna de la varicela tienen muchas menos probabilidades de desarrollar herpes zóster.7
Neuralgia posherpética (NPH): es la complicación más común asociada al herpes zóster. Es un dolor nervioso severo que puede durar meses e incluso años. El dolor de la NPH puede ser insoportable y debilitante, tanto que puede interferir con las actividades diarias como: caminar, trabajar, relacionarse, pasar tiempo en familia, disfrutar y el sueño. La NPH ocurre en el 10% al 30% de los pacientes con herpes zóster de 50 años o más. Cuanto mayor sea el paciente, mayor será su riesgo de NPH.8,9, 10
Herpes zóster oftálmico:en el 10-25% de los casos, el herpes zóster afecta un nervio cerca del ojo. La erupción puede extenderse alrededor del ojo hasta la parte frontal y la parte superior del cráneo, provocando a veces dolor crónico y ceguera.11
Herpes zóster ótico: en casos específicos, el virus del herpes zóster puede reactivarse en el sistema auditivo, dando lugar al herpes zóster ótico. Los síntomas incluyen pérdida auditiva, vértigo, tinnitus (zumbido en los oídos), dolor facial intenso y parálisis facial (síndrome de Ramsay Hunt).12
Problemas neurológicos: en casos poco frecuentes puede causar inflamación del cerebro (encefalitis), parálisis facial, problemas de audición o del equilibrio.3
Infecciones en la piel: si las ampollas del herpes zóster no se tratan adecuadamente, pueden desarrollarse infecciones bacterianas en la piel.3 Es importante prestar atención a estas lesiones para evitar complicaciones adicionales.
En un estudio, pacientes que tuvieron herpes zóster describieron el dolor como:13
Este dolor, asociado tanto al herpes zóster como a la neuralgia posherpética, puede ser incluso más intenso que el dolor del parto o el causado por el cáncer.14
No existe una cura para el herpes zóster, ya que el virus permanece en el organismo de por vida. Sin embargo, hay tratamientos que pueden ayudar, como los antivirales. Estos medicamentos son más efectivos en la fase aguda de la enfermedad si se inician tan pronto como aparece la erupción, ya que pueden reducir la duración y la gravedad de la enfermedad. Si sospechas que tienes herpes zóster, contacta a tu médico de inmediato para discutir el tratamiento.15,16
El herpes zóster es una enfermedad dolorosa y debilitante que afecta sobre todo a personas mayores.17
Sin embargo, hay una manera efectiva de prevenir esta enfermedad y sus complicaciones: la vacunación. Si tienes 50 años o más o mayor de 18 años con alguna condición de salud que te ponga en riesgo (consulta a tu médico para conocer si tienes alguna condición que aumenta el riesgo), es hora de tomar acción y protegerte contra el herpes zóster.17
Consulta con tu médico sobre cómo prevenir y tratar el herpes zóster, así como para evaluar tu condición de salud general y evitar posibles complicaciones.
El herpes zóster es una enfermedad que puede afectar tu calidad de vida, pero hay medidas que puedes tomar para reducir su riesgo.18
¡Recuerda consultar siempre con tu médico!
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¿Dónde vacunarme?Fecha de elaboración: Agosto 2024. NP-CO-GVU-WCNT-240006