¡Lo que necesitas saber sobre esta enfermedad más común en personas mayores y con sistemas inmunitarios debilitados!
El herpes zóster, también conocido como culebrilla, es una enfermedad que causa una erupción cutánea dolorosa. Este es provocado por el virus de la varicela zóster (VVZ), el mismo que causa la varicela en la niñez. Después de tener esta enfermedad, el virus permanece en el cuerpo de por vida en estado latente. Años más tarde, puede reactivarse y causar herpes zóster.1
Si bien la infección es más común en personas mayores de 50 años, cualquiera que haya tenido varicela puede contraerla.2
Más del 99% de los adultos de 50 años o más tienen el virus que causa el herpes zóster latente o dormido en su interior y se estima que 1 de cada 3 personas desarrollará herpes zóster en algún momento de su vida. Estas personas pueden experimentar una reducción significativa en la capacidad natural de su cuerpo para combatirlo, lo que permite que el virus se reactive.2,3,4
El herpes zóster no se transmite de una persona a otra, pero quienes
lo padecen
pueden contagiar el virus de la varicela zóster a través del contacto directo con
las secreciones de las ampollas, que contienen el virus. Esto puede provocar la
infección inicial de varicela en personas que nunca han estado
expuestas.5
Una persona que se infecta por primera vez con el virus de la varicela zóster
desarrollará varicela, no herpes zóster. Sin embargo, más adelante podría manifestar
herpes zóster.5
• La varicela y el herpes zóster son dos enfermedades causadas por el
mismo virus, el de la varicela zóster (VVZ), pero se manifiestan de manera
diferente y en distintas etapas de la vida. La varicela se presenta
típicamente en niños y se caracteriza por un sarpullido con picazón y pequeñas
ampollas llenas de líquido que duran de 5 a 10 días. Es una enfermedad que contagia
fácilmente a personas que no han tenido la enfermedad o no se han vacunado,
propagándose a través del contacto directo con el sarpullido o mediante gotitas
respiratorias.6,7
• El herpes zóster, conocido como culebrilla, suele ocurrir en las personas mayores por la reactivación del virus de la varicela zóster (VVZ) inactivo en las células nerviosas del cuerpo desde una infección previa de varicela. La erupción del herpes zóster es dolorosa y suele aparecer en un solo lado del cuerpo, comúnmente en el torso o la cara. A menudo, forma una franja alrededor de un lado de la cintura, aunque también puede manifestarse en áreas específicas del rostro, como cerca de los ojos, lo que puede generar complicaciones adicionales si no se trata a tiempo. El sarpullido, puede causar un dolor punzante, hormigueo, picazón y, en algunos casos, dolor persistente conocido como neuralgia posherpética, el cual puede ser debilitante y afectar la calidad de vida, especialmente en personas mayores.6,7
No existe una cura para el herpes zóster, ya que el virus no puede ser eliminado del organismo. Sin embargo, hay tratamientos como los antivirales que han demostrado reducir la duración de las lesiones y disminuirla gravedad y duración del dolor, especialmente si se administran dentro de las primeras 72 horas. 8
Sin embargo, los tratamientos disponibles para la neuralgia posherpética, que es la complicación más común del herpes zóster, a menudo no alivian completamente el dolor y pueden ser mal tolerados por los pacientes mayores.9
Aunque es menos común, una persona puede desarrollar herpes zóster más de una vez.10
Si tuviste herpes zóster, es más probable que te vuelva a dar si:10
¡Es más que esto! Puede causar complicaciones graves, como:11
Neuralgia posherpética, un dolor severo que persiste después de que desaparecen las ampollas y que puede durar meses e incluso años.
Infecciones bacterianas en la piel.
Pérdida de la visión, incluyendo ceguera.
Cicatrices permanentes.
Pérdida de la audición y parálisis facial (Síndrome de Ramsay Hunt).
Encefalitis (inflamación del cerebro).
Es crucial buscar tratamiento médico de inmediato si sospechas que tienes herpes zóster.
Dentro de las formas de prevenir el contagio están:12
• Cubrir la erupción.
• Lavarse las manos frecuentemente durante al menos 20 segundos.
• Evitar el contacto con personas que no están vacunadas contra la varicela, en especial si estás embarazada, tienes un bebé prematuro o eres una persona con el sistema inmunitario debilitado.
• Recuerda que la mejor manera de prevenir el herpes zóster es la vacunación.
Consulta con tu médico sobre las formas de prevención y tratamiento.9
Aunque los mayores de 50 años y las personas inmunocomprometidas tienen mayor riesgo de contraer herpes zóster, las personas saludables de cualquier edad también pueden desarrollar esta enfermedad. Factores como el estrés, ciertas enfermedades y tratamientos médicos pueden contribuir a la reactivación del virus.8,8,12
Esta es una creencia popular. Cuando una persona desarrolla herpes zóster "la cabeza y la cola" no se unen. Por lo general, el herpes zóster aparece en un solo lado del cuerpo. Sin embargo, en casos raros, el sarpullido puede manifestarse en más de una zona, lo que se conoce como herpes zóster diseminado. Esta condición depende del estado del sistema inmunológico del paciente y, si no se trata a tiempo, puede ser grave.13
El virus que causa la varicela y el herpes zóster no es el mismo virus que provoca el herpes labial o el herpes genital, que es una infección de transmisión sexual. El herpes zóster es causado por el virus de la varicela zóster, que solemos contraer de niños y que permanece de por vida en nuestro organismo y con el tiempo puede reactivarse como herpes zóster.1
El herpes zóster es una enfermedad que se puede prevenir y tratar.1,14 Derribar los mitos comunes puede ayudar a reducir miedos y desconocimiento alrededor de esta enfermedad. Si tienes preguntas o preocupaciones sobre el herpes zóster, consulta a tu médico para obtener más información sobre su prevención y tratamiento.
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¿Dónde vacunarme?Fecha de elaboración: Agosto 2024 . NP-CO-GVU-WCNT-240002