¿Qué es el herpes zóster?
¿Quién está en riesgo?
Adultos de 50 años en adelante: el 99% de los adultos de 50 años o más tiene el virus que causa el herpes zóster en su interior latente o dormido en el cuerpo. Las personas mayores de 50 años pueden experimentar una reducción significativa en la capacidad natural de su cuerpo para combatir los patógenos, lo que permite la reactivación del virus del herpes zóster.1,2
Personas con el sistema inmunológico debilitado: algunas enfermedades que debilitan el sistema inmunológico, como el VIH/SIDA y el cáncer, entre otras, pueden aumentar el riesgo de contraer herpes zóster.3
Uso de ciertos medicamentos: Las personas en tratamiento contra el cáncer,como la radioterapia o quimioterapia, pueden tener el sistema inmunológico debilitado, lo que aumenta el riesgo de desarrollar herpes zóster. De igual forma, el uso de medicamentos para prevenir el rechazo de órganos trasplantados o el uso prolongado de esteroides también incrementa la probabilidad de padecer esta enfermedad.3
Cualquier persona que haya tenido varicela corre el riesgo de padecer herpes zóster. Se estima que 1 de cada 3 personas desarrollará herpes zóster en algún momento de su vida.1
¿Cuáles son sus signos y síntomas?
Esta enfermedad, por lo general, se presenta como una sola franja de ampollas que
envuelve el lado izquierdo o derecho del torso o la cara en el transcurso de días o
semanas.4
Los primeros signos del herpes zóster o culebrilla son:5,6
• Sensaciones anormales en la piel (sensación de quemadura), dolor en el área
afectada (dermatoma).
• Dolor como picazón, quemaduras, puñaladas o descargas eléctricas
(disparos).
Los síntomas del herpes zóster también pueden
incluir:4
Dolor de cabeza
Escalofríos
Malestar estomacal
Fiebre
Algunos pacientes describen el dolor del herpes zóster
como*:6
* Basado en el testimonio de varias personas que sufrieron de herpes zóster. Los
síntomas causados por el virus pueden variar.
Complicaciones
El herpes zóster es una enfermedad que puede quitar calidad de vida. Te mostramos
algunas de las complicaciones que puede llegar a producir:7
Neuralgia postherpética (NPH):4,7,8 La neuralgia postherpética es la complicación más común asociada al herpes zóster. Es un dolor nervioso severo que puede durar meses e incluso años. El dolor de la NPH puede ser insoportable y debilitante, tanto que puede interferir con las actividades diarias como: caminar, trabajar, relacionarse, pasar tiempo en familia, disfrutar y el sueño. La NPH ocurre en el 10% al 30% de los pacientes con herpes zóster mayores a 50 años o más. Cuanto mayor sea el paciente, mayor será su riesgo de NPH.
El dolor que produce el herpes zóster y la neuralgia postherpética puede ser incluso más agudo que el dolor de un parto o el cáncer.9
Nivel de dolor informado para diferentes
afecciones mediante
el cuestionario abreviado de dolor de
McGill9
El herpes zóster también puede causar otras complicaciones graves, como:
Herpes zóster oftálmico (HZO):10 en el 10-25%de los casos, el herpes zóster afecta un nervio cerca del ojo. La erupción puede extenderse alrededor del ojo hasta la parte frontal y la parte superior del cráneo, provocando a veces dolor crónico y ceguera.
Herpes zóster ótico:11 en casos específicos, el virus del herpes zóster puede reactivarse en el sistema auditivo, dando lugar al herpes zóster ótico. Los síntomas incluyen pérdida auditiva, vértigo, tinnitus (zumbido en los oídos), dolor facial intenso y parálisis facial (síndrome de Ramsay Hunt).
¿Cómo se transmite?
Una persona con herpes zóster puede transmitir el virus de la varicela-zóster (VVZ) a otras personas. Quienes nunca tuvieron varicela o que no recibieron la vacuna contra la varicela pueden infectarse con el VVZ. Estas personas pueden contraer el virus a través del contacto directo con el líquido de las ampollas del sarpullido o al respirar partículas del virus provenientes de las ampollas. Si estas personas se infectan, tendrán varicela, no herpes zóster. Luego podrían llegar a tener herpes zóster más adelante en la vida.1,3
Es más probable que las personas con varicela propaguen el VVZ que las personas con
herpes zóster.1
¿Cómo se puede tratar?
El herpes zóster no tiene cura, pero puede tratarse. Existen varios
medicamentos antivirales que ayudan a manejar la enfermedad, reduciendo tanto su
duración como su gravedad. Estos fármacos son más efectivos cuando se administran lo
antes posible tras la aparición del sarpullido.12,13
Además, los medicamentos para el alivio del dolor pueden ser útiles para mitigar el
malestar asociado. Las compresas húmedas, la loción de calamina y los baños de avena
tibia también pueden aliviar la picazón.12 Sin embargo, los tratamientos
disponibles
para la neuralgia posherpética, la complicación más común del herpes zóster,
suelen no proporcionar un alivio completo del dolor y pueden ser mal tolerados por
personas mayores.1
Si sospechas que tienes herpes zóster, ponte en contacto con un médico lo antes
posible para hablar sobre el tratamiento.
¿Cómo se puede prevenir?
La vacunación es importante para prevenir el herpes
zóster:12
Para evitar la propagación del VVZ a otras personas se
recomienda:12
Cubrir el sarpullido.
Evitar tocarse o rascarse
el
sarpullido.
Lavarse frecuentemente las
manos por al menos 20
segundos.
Evitar el contacto con las siguientes personas hasta que el sarpullido se convierta en costras: mujeres embarazadas que nunca hayan tenido varicela ni se hayan vacunado contra esta enfermedad; bebés prematuros o con bajo peso al nacer; personas inmunosuprimidas (que tienen el sistema inmunitario debilitado), como las que toman medicamentos inmunosupresores (que reducen la respuesta inmunitaria normal del cuerpo) o que reciben tratamiento contra el cáncer; las receptoras de trasplantes de órganos y las personas con la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH).12